lunes, 28 de septiembre de 2009

Cuelgues

El tema cuelgue en mi familia es un problema considerable.
Mi mamá dice, yo tengo una hija con los pies en la tierra (no soy yo, no se hagan ilusiones) y dos que vuelan, vuelan...
En este tiempo que llevo acá la misma señora me insinuó varias veces que teme por mi salud mental, se pone de los pelos porque no respondo cuando me pide algo (estoy en mi mundo! o pensando tema para blog, para nota, para mail, qué sé yo), o porque me olvido una tartera o un canasto en la casa de alguna amiga.
Y yo, qué quieren que les diga, hago mi mejor esfuerzo, y sé que todo puede mejorar. Que si pongo voluntad hasta parece que me concentro, y simulo todo el tiempo ser una persona terrenal, centrada, y sin pájaros en la cabeza.
Pero mi hermana, la otra que vuela, juro que me ganó.
Es sabido que ambas viven en Córdoba, en la misma casa. Se ven las caras todos los días. Se levantan y desayunan juntas. Cenan juntas. Se van a dormir a la misma hora después de ver la misma serie y pasan la noche en camitas pegadas una con la otra.

Angie: Viste qué bueno Casa Foa??
Ana: Fuiste????
Angie: vos sos boluda! en qué fucking moment???!!

Y juro que sabe qué es casa foa. Trabaja en una revista de arquitectura. No hay excusas.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Los segundos 15

Mi abuelo, que lee este blog, y habla poco pero se hace entender muy bien (o sabe cómo hacer llegar sus comentarios y pensamientos de manera sutil), le dijo el otro día a mi mamá: "las chicas no se dan cuenta que ya tienen 30, que tienen hijos... creen que todavía son las Chalecos". Ja. Me hizo reír mucho y viéndonos de afuera, creo que sí, que tenés un poco de razón, abu.
Aclaro, "las Chalecos" era el nombre de nuestra barra en la adolescencia dorada que mi querido abuelo dice que nos negamos a dejar atrás. Chalecos viene de "Chalecos de fuerza", ahórrense las alegorías, porque creo que ni sabíamos lo que significaba, nos gustó la palabra en el Pictionary y ahí fue, a bautizar la barrita de inseparables amigas que éramos y por suerte somos.
Y sí, no sé si está mal, bien, más o menos, pero así estamos. Yendo y viniendo para todos lados juntas. Consultándonos si el retoño tiene laringitis, faringitis, compartiendo los bichos de nuestros críos, opinando sobre los antialérgicos, los antibióticos, la competencia o no de los médicos; yendo a comprar los regalos de los cumples de 30 con el mismo entusiasmo que comprábamos los de 15 (en aquel entonces poníamos cinco pesos y nos alcanzaba para un montón, ahora tenemos que poner 30 o 40!!!)... respetando a rajatabla los miércoles o jueves de jugar a las cartas, peleándonos porque ellas hablan demasiado, que la canasta la inventó un mudo, que no podés ser tan colgada, que cómo no me bajás los puntos, que por qué, por qué no puede serrrrrrr, yo con vos no juego más, en seriooo!!!
Con maridos más y menos comprensivos (el mío se lleva todos los honores), con niños a cuestas o sin ellos, saliendo en bici, en auto o en moto, disfrutando los días cada vez más largos. Son una bendición que me tiene feliz, me tiene entusiasmada como quinceañera, mimos que se suman a los de la familia ya inigualable que tengo.
Y mañana llega ella... que hace dos años no veo. Con J. Con todas sus historias de maternidad, de patagonia, de lejanía; con todas esas historias que imagino a través de las fotos de facebook, de los mails y llamados, pero quiero escuchar de su boca, de sus ojos.
Por algo se prolonga toda esta estadía. A veces parece pesadilla. Pero en general es milagro, un milagro dulce y tibio que tengo que aprovechar hasta el fondo, sin dejar de relamer ni una sola gotita.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Será?

y será como dice mi mamá? a vos te gusta esa vida incierta, esa vida gitana, esa vida especial... por eso será que no escribís tampoco más en el blog.
será que siento que mi vida está en pausa?
será que no escribo porque lo que vivo me parece tan evidente, tan cotidiano, tan obvio? Y sin embargo, no, sabés. es tan especial y a veces hasta emocionalmente arrollador, después de años de sequía de afectos.
o será justamente eso. que necesito guardarlo. hacer almacenaje de experiencias para mí. sacarle jugo a todo esto para la hambruna que puede venir después.
no lo sé.
lo que sé es que no voy a dejar que el blog se extinga, así. que languidezca, que agonice.
no, no quiero. eso sí lo sé.
no quiero dejar de escribir acá.
así que por aquí me leerán, prometo, un poco más seguido.