- El niño me salió medio tuerca, como el padre. Aquí en Italia, donde hay más autos que personas, y donde la gente parece que es alérgica a caminar aun en un pueblo de dimensiones totalmente manejables a pie, está de parabienes. Camino a la guardería, va preguntando el nombre de cada uno, y yo respondo. Su favorito es el Cinquecento nuevo. Grandes exclamaciones cuando ve uno. Pero también el viejito. Nuestro Fitito. Ahí la locura es total, porque hay menos. Y me hace acercar, y lo mira por todos lados "fitiiiito, fitiiiito", le dice. Hoy por hoy, conoce casi todas las marcas. Yo me sorprendo de que un logo chiquito pueda quedar tan impreso en la memoria de un nene. El otro día fue al gimnasio con el papá, y después de haber dado vuelta medio templo del sudor (Marian, te robo el término), salió disparado a hacer gala de sus saberes automovilísticos. "Fiat Panda". "Uy, muy bien". "Fiat Idea". "No, no es posible" (sí, sí que lo es, martillamos con el asunto desde enero). Y luego empieza el momento de las pavadas. Ve un BMW y dice "Audi". "No, no, hijo" (el padre nervioso). "Sí, sí, Audi". Y todos ríen y siguen festejando sus disparates.
Suben al auto, pasada media hora, y muy serio lo mira por el espejito a Pablo y le dice: "Era una biemvú*, papá".
- Pero también, nos salió muy religioso. Ahí ya no sé a quién echarle la culpa. Ojo, que a pesar del escepticismo de los padres, no sé bien cómo explicarlo, me gusta su espiritualidad. Me gusta que espontáneamente, después de que fuimos a la iglesia de Tíndari, me pida siempre, siempre "vamos a la iguesha mamá, a vé Maria-Quesú". Una única entidad para él. Que ayer, por ejemplo, lo haya escuchado decir entera la bendición de la mesa, que hacen en la guarde: "Siiiiignooore, benedice a noi e a questo cibo che stiamo per mangiare, e a tuuuutti quelli che non ce l'haaaaaanno"** (con el cantito típico de las cosas que aprendemos en la escuela). "Nel nome del Padre, del Figlio, lo piritotanto, aaalennn"***.Suben al auto, pasada media hora, y muy serio lo mira por el espejito a Pablo y le dice: "Era una biemvú*, papá".
Un día le pidió a su papá ir a la iglesia, así, de la nada. La iglesia del centro de Capo. Entraron y vio la típica imagen de Jesús, con taparrabos apenas, y los brazos abiertos en la cruz. Miró un poco y después preguntó muy serio: "¿está tomando sol, papá?".
*: biemvú=BMW
**: "Señor, bendícenos a nosotros y a esta comida que estamos por comer, y a todos aquellos que no lo tienen" (o algo así)
***: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén"