viernes, 30 de diciembre de 2011

La más esperada

Fue la Navidad más esperada y más bella de mi vida, creo. Después de siete años, compartirla con mi familia, con mis hermanos, con mi mamá, con mis abuelos, y también con mis hijos, sus sobrinos, sus nietos, sus bisnietos... fue como la coronación de un sueño. Cursi, sí. Pero real.
No caigo todavía en que estoy viviendo mi vuelta a la Argentina, ando como de vacaciones, tengo mis trabajitos virtuales, como siempre, pero creo que nunca estuve tan relajada en mi vida. También es el primer verano que vivo a full después de siete años de inviernos seguidos. Es como demasiado, todo lindo, todo bueno, todo de golpe. Tengo sobredosis de felicidad. No me alcanzan las noches para cenar con amigos, y los días para compartir en la pile, y después de Año Nuevo me instalo definitivamente (por un par de meses) en Corrientes!!! De la escasez y la búsqueda incesante de yerba en Italia, me voy a la cuna, a la tierra de Taragüí, y estoy tan emocionada que ya me quiero organizar una excursión a la estancia Las Marías, jajaja.
Los niños, más felices que yo. Emilio ya ni pide por mí, es un "Malennnnnn" permanente, pidiendo por su abuela constantemente. Eso ya no me gusta tanto, je. Supongo que apenas retornemos a nuestra rutina y a nuestro hogar, se le pasará. La Feda, como la bautizaron mis hermanos, crece a un ritmo sorprendente. Nunca creí que podía tener una hija tan rechonchita y tan feliz. Ríe y sonríe. Y crece al ritmo de mi teta. Motivo de orgullo extra. Anteayer tuve una contractura general, claro, pero por suerte la fisioterapia hizo maravillas.
Esto es casi todo por el momento, gente. Seguiremos transmitiendo desde nuestro nuevo destino en breve! Feliz 2012 para todos!!!!!

martes, 13 de diciembre de 2011

Aryentain

Felicidad total, después de siete años sin veranos... estoy viviendo un verano en Argentina. Algunos lo sabrán por face, para otros será una novedad absoluta, pero es así y todavía casi que tengo que pellizcarme para darme cuenta de que todos los presagios, deseos, puteadas y expresiones de necesidades varias que he ido diseminando por este blog parece que han sido escuchados por la voluntad celestial: estamos en Argentina, y me parece que esta vez es como definitivo. Y volvernos significa que a Pablo le salió esa oportunidad que estaba esperando de volver al básquet de Argentina a un buen nivel. Todo redondito. Costó el altísimo precio del estrés de enterarte un miércoles de la posibilidad, el jueves hablar con el presidente, el viernes preparar todo para ir a jugar de visitante sin poder decirlo a nadie, ganar el domingo, lunes conferencia de prensa y armar valijas y cajas, despedirse de amigos, del cole de Emi, y pedir perdón a todos los que no llegás a saludar, pero la felicidad y el vértigo son tantos... el jueves subirse a un avión y llegar a Buenos Aires, con la bebita bastante llorona, y tantos bártulos que espero no tener nunca más que cargar, despedirme de Pablo que se va camino a Corrientes (sí, nunca más penar por no conseguir yerba!) y yo subirme a otro avión camino a Córdoba. Emilio que grita "y los abuelos donde estánnnn????" apenas pisamos suelo cordobés, Fede que se calma en el instante en que respira el aire de Pajas Blancas, y sonríe a todos desde el marsupio en el que la llevo, como si supiera que ése es su lugar en el mundo. Y aquí estamos, mucha pileta, algo de toses y mocos, de nuevo en la siempre abierta y generosa casa materna, con Pablo que no deja nunca de entrenar y jugar, viendo de nuevo y siguiendo por radio los partidos de Liga, como cuando teníamos 18 años y tantos sueños. La misma gente, otra gente, el mismo sabor, la misma calidez humana. Saber que estamos de vuelta. No tiene precio.