lunes, 18 de abril de 2011

Otro año de número 1



Ayer fue el último partido de serie regular (regular season, para los NBA lovers que hay por ahí, jaja). Y otro año más, terminamos -sí, no tengo ningún problema en incluirme- primeros. Me incluyo porque en el esfuerzo colectivo que significa que a un equipo deportivo (o cualquier otro equipo) le salgan las cosas bien, no podemos dejar afuera a todos, y fundamentalmente todas, las que hacemos el aguante afectiva y logísticamente.
Una vez más, se lo merecen. Se lo re merecen. La sociedad, más allá de algún que otro detallecito financiero, se lo merece. Se lo merece la ciudad. Se lo merecen los hinchas. Pero sobre todo se lo merece el equipo, con mi maridito y toda su enorme fuerza de voluntad y su carisma y su empuje y su generosidad a la cabeza. Claro que sí, no voy a hacer uso de la falsa modestia, se lo merecen todos y sobre todo él, y cómo.
Lamentablemente, el primero no asciende directo, como el año pasado, que el 29 de abril ya estábamos LIBRES!! Ahora se vienen los play-off. Con toda la emoción que conllevan. Y yo ya no voy a estar en cada partido... me duele en el alma, y en el último partido de local, que no fue el de ayer, casi me largo a llorar pensando en todo lo que me iba a perder. Pero sigo pensando que no hay muchos escollos por delante, será dura, sí, pero van a ganar el campeonato una vez más. Y si todas las señales no nos están jugando una mala pasada, con mucha probabilidad volveremos a Capo, a disfrutar otra temporada, a pelear otro campeonato, a estar más cerca de esa serie A1 que toda la ciudad sueña recuperar.
Mientras tanto, en estos días, los primeros chapuzones, aun con el agua helada, asados frente al mar, pesadillas con las valijas y los aviones porque son inevitables cuando estamos en la cuenta regresiva, cinco kilos ganados de golpe y todos juntos para Federica, mucho trabajo pero también tiempo infinito de juegos con Emilio, juegos imaginarios, como a la maestra y el niñito Tommaso, o a ser los padres de Antonio (el hijito maleducado que encarna todas las travesuras que le reprochamos y castigamos a él! que una psicóloga me explique este juego!), o también, al bebito chiquito que gatea, pide teta y no sabe hablar (para éste no necesito explicaciones psicoanalíticas).









sábado, 2 de abril de 2011

algo así como un balance

Me cuesta arrancar con el blog, aunque las energías han vuelto para todo el resto. Sin dudas el segundo cuatrimestre del embarazo (voy a decir una perogrullada, una verdad archi trillada, pero es así) es el mejorcito y hay que aprovecharlo. Estoy en la semana 23, casi 24 y hasta hace unos días, la verdad que casi que ni me sentía embarazada.
Me siento como en época de balances. Raro por ser 1º de abril, pero mi vida sigue estos extraños ritmos, ya lo sabemos. En poco más de 20 días armo las valijas de nuevo y me vuelvo a Argentina con el niño. El señor padre de las criaturas volverá con suerte a mediados de junio, con menos suerte a fines. Pero esta niña, mi Fede, debería estar llegando a fines de julio, así que... que aguante.
El 2010 fue demasiado bueno para nosotros. Viste cuando te pasa todo, todo lindo en un año. Todo bueno. Da como miedo. Porque dicen que el mundo es así, que la vida cumple la ley de compensación, el yin y el yang. Pero disfrutemos mientras tanto, que seguimos en la buena. Cada tanto quiero mirar hacia atrás en el blog, a veces lo hago, otras me da terror enfrentarme a sufrimientos pasados. Llegar a Capo, a Sicilia, a este lugar increíble, a un equipo y una ciudad que respira básquet, y básquet profesional, ganar un campeonato, quedarte en el mismo lugar, encontrar buena gente año tras año, seguir en la misma casita -mínima- pero nuestra casita, tirarme a la pileta con los servicios de traducción y que me vaya tan bien como nunca podría haberme imaginado, encontrar gente maravillosa también a través de este trabajo, seguir trabajando con la gente de Argentina que es también gente maravillosa, poder dar trabajo a mis amigas y colegas, tener la suerte de poder contar con gente, y confiar en la gente. Y eso, la gente, la gente. Las personas. Cuánta diferencia pueden hacer las personas.
Emilio es capítulo aparte. Párrafo aparte. Un mundo aparte. Es TODO. Pero bueno, ahora también está la Fede, je. Es ir a buscarlo al jardín y sentir que brilla distinto. Es una boludez, es sólo que él levanta la mirada y le brillan los ojos, le brilla la sonrisa de oreja a oreja, le brillan los cachetes, todo, porque claro, llegó su mamá a buscarlo. Qué boluda soy. Y brilla todo para mí también. Finalmente encontré un jardín al que va contento. Recuerdo haber escrito posts angustiada porque lo dejaba en el jardín llorando, y nunca nunca pude antes "comprar" la idea de las guardes y los jardines porque de verdad que Emi no la pasaba bien. Ahora... lo dejo y tiene tantas ganas de entrar a jugar con sus compañeritos y hacer actividades, que me cierra la puerta en la cara. Tiene una maestra que tendrá 55 años (la otra también ronda esa edad) pero es una GENIA. No sé, debería escribir un post aparte sobre la escuela y el jardín, lo sé... porque para mí es una maravilla, otra bendición que se sumó a todas las de estos últimos años.
No sé, qué más puedo decir, quizá sólo gracias. Gracias.