viernes, 30 de diciembre de 2011

La más esperada

Fue la Navidad más esperada y más bella de mi vida, creo. Después de siete años, compartirla con mi familia, con mis hermanos, con mi mamá, con mis abuelos, y también con mis hijos, sus sobrinos, sus nietos, sus bisnietos... fue como la coronación de un sueño. Cursi, sí. Pero real.
No caigo todavía en que estoy viviendo mi vuelta a la Argentina, ando como de vacaciones, tengo mis trabajitos virtuales, como siempre, pero creo que nunca estuve tan relajada en mi vida. También es el primer verano que vivo a full después de siete años de inviernos seguidos. Es como demasiado, todo lindo, todo bueno, todo de golpe. Tengo sobredosis de felicidad. No me alcanzan las noches para cenar con amigos, y los días para compartir en la pile, y después de Año Nuevo me instalo definitivamente (por un par de meses) en Corrientes!!! De la escasez y la búsqueda incesante de yerba en Italia, me voy a la cuna, a la tierra de Taragüí, y estoy tan emocionada que ya me quiero organizar una excursión a la estancia Las Marías, jajaja.
Los niños, más felices que yo. Emilio ya ni pide por mí, es un "Malennnnnn" permanente, pidiendo por su abuela constantemente. Eso ya no me gusta tanto, je. Supongo que apenas retornemos a nuestra rutina y a nuestro hogar, se le pasará. La Feda, como la bautizaron mis hermanos, crece a un ritmo sorprendente. Nunca creí que podía tener una hija tan rechonchita y tan feliz. Ríe y sonríe. Y crece al ritmo de mi teta. Motivo de orgullo extra. Anteayer tuve una contractura general, claro, pero por suerte la fisioterapia hizo maravillas.
Esto es casi todo por el momento, gente. Seguiremos transmitiendo desde nuestro nuevo destino en breve! Feliz 2012 para todos!!!!!

martes, 13 de diciembre de 2011

Aryentain

Felicidad total, después de siete años sin veranos... estoy viviendo un verano en Argentina. Algunos lo sabrán por face, para otros será una novedad absoluta, pero es así y todavía casi que tengo que pellizcarme para darme cuenta de que todos los presagios, deseos, puteadas y expresiones de necesidades varias que he ido diseminando por este blog parece que han sido escuchados por la voluntad celestial: estamos en Argentina, y me parece que esta vez es como definitivo. Y volvernos significa que a Pablo le salió esa oportunidad que estaba esperando de volver al básquet de Argentina a un buen nivel. Todo redondito. Costó el altísimo precio del estrés de enterarte un miércoles de la posibilidad, el jueves hablar con el presidente, el viernes preparar todo para ir a jugar de visitante sin poder decirlo a nadie, ganar el domingo, lunes conferencia de prensa y armar valijas y cajas, despedirse de amigos, del cole de Emi, y pedir perdón a todos los que no llegás a saludar, pero la felicidad y el vértigo son tantos... el jueves subirse a un avión y llegar a Buenos Aires, con la bebita bastante llorona, y tantos bártulos que espero no tener nunca más que cargar, despedirme de Pablo que se va camino a Corrientes (sí, nunca más penar por no conseguir yerba!) y yo subirme a otro avión camino a Córdoba. Emilio que grita "y los abuelos donde estánnnn????" apenas pisamos suelo cordobés, Fede que se calma en el instante en que respira el aire de Pajas Blancas, y sonríe a todos desde el marsupio en el que la llevo, como si supiera que ése es su lugar en el mundo. Y aquí estamos, mucha pileta, algo de toses y mocos, de nuevo en la siempre abierta y generosa casa materna, con Pablo que no deja nunca de entrenar y jugar, viendo de nuevo y siguiendo por radio los partidos de Liga, como cuando teníamos 18 años y tantos sueños. La misma gente, otra gente, el mismo sabor, la misma calidez humana. Saber que estamos de vuelta. No tiene precio.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Mientras ella duerme...

Acomodé toda la compra del súper, guardé ropa que tenía doblada de hacía dos días, colgué otro lavado, me tomé dos mates fríos que quedaron de antes de ir al súper, hablé con una amiga que se operó hace poco, le mandé un mensajito a Pablo diciéndole que lo espero de vuelta con torta de manzanas, hay que ponerle onda a este regreso del juego de visitantes, viene de perder y de darse cuenta que probablemente no nos quede mucho tiempo más aquí. Y por eso mismo también llamé al instituto donde doy clases de español para cancelar la promoción del curso anual, porque no puedo comprometerme con un proyecto a largo plazo. Eso pensaba esta mañana mientras iba haciendo, caminando, acomodando... lo del breve, mediano y largo plazo. Antes me costaba horrores no poder hacer planes a largo plazo. Cuando más o menos me acostumbré a este cortoplacismo, me empecé a quedar en esta ciudad, y sin darme cuenta, a echar raíces, cortitas, pero raíces al fin. A que la gente me conozca, me busque, me proponga cosas. Como los cursos en este instituto, algo que me encanta hacer. O que la gente se vaya, vuelva, y me encuentre de nuevo aquí, después de un año. Como Giuli, mi alumna del año pasado, la que se fue a estudiar Publicidad a la UADE y ahora volvió, problemas de familia. Increíble poder volver a encontrarnos en el mismo lugar después de un año. Y ahora de nuevo, otra vez, la incertidumbre. La insinuación de la posibilidad del largo plazo, otra vez diluida.
Así que aquí estamos, algo a la deriva, mentalmente a la deriva. Todavía no hay nada de cierto pero las cartas están casi echadas. Cambiaron entrenador, y de los dos jugadores que habían confirmado del año pasado, a uno ya lo dejaron afuera del equipo. El otro es Pablo. Y están haciendo de todo como para que se vaya solito, sin necesidad de echarlo. Y lo están logrando. Así que bueno, alma en calma, trataremos de sobrellevar lo que venga de la mejor manera posible. No logro imaginarme en ningún otro lado, pero tampoco me hago la imagen mental de poder seguir aquí mucho tiempo más. Más actualizaciones, seguramente, en breve!

jueves, 3 de noviembre de 2011

Cositas al pasar

- Federica juega en su gimnasio, logré convencer al padre de que era una buena inversión para estimular su crecimiento motorio, y ahí se fue una suma nada despreciable, pero que efectivamente se amortizó de inmediato. Fede ama ese nidito multicolor lleno de actividades, se mira en el espejo, agarra todos los cachivaches y los hace sonar, se gira para un lado y para el otro (medios giros, todavía no rola, pero ese es el próximo paso!). A veces, muy de vez en cuando, tengo razón.
- Por ahora sigue jugando, así que tengo unos minutos más de libertad, continuemos a hacer memoria y enumerar!
- Es hermosa, chiquita, delicada. De Emilio me acuerdo perfectamente haber querido escribir alguna vez en este mismísimo blog que sus facciones no tenían nada de delicado. Aun de bebé su cara era toda "a lo grande": ojos grandes, boca grande, nariz grandecita... pero hermoso igual, así, desfachatada y torpemente hermoso. Ella en cambio es fémina, no hay nada que hacerle. Tiene ojos azules también, una boquita chiquita con la que hace piquitos todo el tiempo (tan parecida a su padre) y también grandes sonrisas y gorjeos (sobre todo al padre!!!!). También ayer me sorprendí embelesada mientras le hacía grandes risas a Emilio (parecía tentada!) cuando el tan sensible hermano mayor se hacía el pavo tirando remeras y demases en medio del living y gritando a todo lo que le da su gargantita.
- Hablando del sensible hermano mayor, ayer me agarró a patadas en el centro y una vez más, ya lo dije aquí, la frustración del sentirme con cero autoridad sobre él en algunos momentos. Se me agotan las excusas y las motivaciones, pero la verdad es que no puedo darle un chirlo en la plaza (y tampoco lo hago en casa, la verdad, odio el castigo físico). Tuvo penitencia toda la tarde, y ahora está hecho una seda. Pero cuánto puede durar. En el cole es un santo, hablo con la maestra toda preocupada del hecho y me dice: "è la gelosìa, quanto può fare la gelosìa!" (los celos!!).
- Ayer terminé de dar un curso intensivo de español a una chica que se está yendo a dar clases de lengua y cultura italianas a España, estos intercambios buenísimos tipo Erasmus (pero para graduados9 que la UE tiene para la gente de aquí. Me encantó, confirmo que me encanta enseñar, y sobre todo, español!!!! A veces creo me apasiono demasiado, pero mejor así. La atiborré de fotocopias, y videos, y alguito de gramática, y algo más, y algo más, todo por las dudas, vas a ver, te va a servir. Al menos, en bolas ya sabemos que no se va.
- Sigo fabulando y fantaseando con que todo esto se acabe y nos volvamos de una buena vez a vivir a Argentina. Todo bien con la experiencia tana, y sobre todo este último período sículo, cada vez tengo más amigos y me siento casi como en casa, pero con dos niñitos, juro que daría cualquier cosa a veces porque venga a rescatarme una hada madrina-abuela-o tía. Y quizá cuando todo se acabe, en cambio, quiera que vuelva de nuevo el hechizo y me transforme en princesa tana con su calabaza hecha carroza de alitalia, pero mientras tanto no dejo de soñar y soñar el regreso.
- Dar la teta sigue siendo fantástico. Los kilos no se van tan rápido como con Emilio pero realmente no me importa. Es la diferencia entre ser madre antes o después de los 30, dicen!!
- Ahora sí, hablando de teta, me reclaman! Hasta muy pronto, a la misma hora y por el mismo canal! :)

domingo, 30 de octubre de 2011

La vida de a cuatro

Es como que hay que romper un poco el silencio en este blog. ¿Quedará alguien del otro lado? Quiero creer que sí, pero más allá de eso, yo -egoístamente- necesito recuperar este espacio. Y, no tan egoístamente, necesito compartir con quienes quieran oírme las delicias de esta segunda maternidad. Aquí estamos todos enfermos de Federiquitis, embobados con la pequeñita, desde el primogénito, hasta el papá, y por supuesto yo. Embobados. Ella se ríe y se ríe, le hablamos y no para de reírse. Toma teta, a su ritmo (nada de demandas locas cada una o dos horas como Emilio), duerme, a su ritmo (duerme, definitivamente, se despierta para tomar teta, pero nada de llantos, nada de desvelos, nada de nada). Y duerme en su moisés. Eso, definitivamente, después de tantos años que Emilio duerma con nosotros, parte de la noche, toda la noche, idas y vueltas, de buscar teorías que me amparen... es lo más increíble de todo. Ah, no, lo más increíble es que Emilio también se fue casi definitivamente de nuestra cama. Es como que al "recibirse" de hermano mayor, quizá sienta esa responsabilidad de adueñarse de su camita. ¿Será? Ahora voy a aprovechar la siesta matutina de Federica para tomarme unos mates, mientras Emi juega con sus autitos. Y por supuesto, me taladra la cabeza para que juegue con él. Súper divertida e intensa esta vida de a cuatro. Me gusta, me gusta, me gusta.

viernes, 12 de agosto de 2011

Aggiornamento...

En estos días puerperales intenté actualizar el blog, contar que recuerdo muy bien cómo me había ayudado este espacio, y ustedes, "las" y los que están del otro lado (aunque ahora no sean los mismos todos, pero muchos y muchas queden!) en aquellos primeros meses de Emilito bebé y Magui mamá, en Italia, bastante solos, en medio de un invierno crudo y largo, y que ahora sería muy injusto que no cuente aunque sea mínimamente cómo viene la mano en este momento. Ahora que soy mamá por dos. Pero claro, que ando a los saltos, y no pude. Ahora venía queriendo contar que hace un calor de locos, y que aproveché, a las tres semanitas de la gorda, para hacer el paseo más largo desde que nació. Emi con su bicicleta, yo con Federica en el cochecito, plaza, helado, negocios, y claro, la presencia de mi mamá, la abuela santa, que nos acompaña y nos hace el aguante a full. Ah, también quería contar que se fue Pablo, que ya está en Capo y que me había pegado un bajón mal, pero que ya está, estamos remontando bien, entre otras cosas, gracias a ese paseíto reparador. Hoy a la mañana, como quien no quiere la cosa, también me llegó el pasaporte que renové, y supongo que la semana que viene llegará el de Federica, señales que me van diciendo que estamos más cerca de reunirnos con el señor padre de esta familita cada vez más grande.
Eso venía con ganas de contar, y lo he logrado, mágicamente, sin interrupciones! Ya vendrán más "aggiornamentos"!

miércoles, 27 de julio de 2011

martes, 26 de julio de 2011

Federica

Llegó nuestra princesita de la paz, llegó el angelito, estoy disfrutándola tanto, y al mismo tiempo tratando de que la carita de Emilio tristón no aparezca tan seguido, que la sensación de que algo le fue arrebatado para siempre se transforme en que algo maravilloso llegó para quedarse a su lado y compartir esta aventura de andar por el mundo.
Fue cesárea, el 21 de julio, me estaba quedando con poco líquido amniótico y la doctora consideró que era lo mejor. Me tomó un poco desprevenida, porque quería esperar el parto natural que no pude tener con Emilio, y presentía que hasta el 23 o 24 no pasaría nada. Pero todo salió muy bien y soy la mujer más feliz del mundo, aunque suene trillado, trilladísimo, no hay muchas más palabras para expresarlo.
Agradecida a la vida por tanto, no podía dejar de compartirlo con ustedes, que siempre me llenan de tanto amor.
No sé por qué no me deja cargar fotos el maldito blogger... prometo que de algún modo llegarán.

viernes, 1 de julio de 2011

entre el frenesí y la calma

Trato de que no, de que esta etapa del embarazo me sorprenda lo más tranquila posible, pero tampoco es tan simple.
Empieza julio y es el mes de su llegada. Mi Fede, mi Fede que patea bien fuerte como para que en medio del frenesí no nos olvidemos que está ella, ya casi que me la imagino, con carácter de leonina, volviéndonos locos de amor a su papá, a su hermano, y a mí (qué duda cabe!), sólo ella y yo sabemos cuánto ya nos queremos, cuán cómplices ya somos desde los primeros días en la panza.
Y ya confirmaron a Pablo en el mismo club, en una categoría más alta, dos ascensos seguidos, un reconocimiento merecidísimo, y sin embargo a veces me cuesta creerlo, me cuesta que sean tres años consecutivos en el mismo lugar, después de tantos desarraigos, y yo sigo con la coraza por las dudas, me encariño pero hasta ahí, que no es cuestión de hacerse tantas ilusiones, que mi corazón es tiernito y se sufre bastante, pero tampoco es cuestión de bajar para siempre las persianas de la amistad, que las relaciones y de las buenas se cosechan por todos lados.
Y empiezo a buscar acompañante para el viaje en avión con los dos críos, porque el marido se va antes, 10 de agosto a más tardar tiene que estar allá, y yo prefiero llegar en septiembre tranquila. Y mi mamá, claro, cómo no va a estar, es la primera candidata. Ella siempre está, aun cuando se deshaga en mil pedazos para cocinar, lavar ropa, hacer mensuras, firmar auditorías, dibujar en autocad, comprar fruta, llevar a sus padres octogenarios de aquí para allá, atender los reclamos telefónicos de cada uno de sus otros tres hijos. No sé cómo hace. Mujer maravilla si las hay.
Así llegás a nuestras vidas, princesa de la paz, eso dice tu nombre. Me aferro a vos y a todo lo que me quieras enseñar. Te espero y te espero. Todo el resto gira, da vueltas, vamos rápido, pero te aseguro que por dentro soy un mar calmo todo para vos.

miércoles, 29 de junio de 2011

Ya está...

que te sientas floja, y mareada, y con la tensión baja, una apatía general, sumada a las 36 semanas y medias de embarazo, y que tu mamá te prepare los zapallitos rellenos y tu abuela el pan lactal con costra dulce, esas dos cosas que pedís desde que llegaste, pero hoy, todo junto, así sin necesidad de pedirlo, dejen, ya está, ya se me pasó todo, eso no tiene precio.

lunes, 27 de junio de 2011

no tenés autoridad, nena

Llegó finalmente el marido, cenizas del volcán y atrasos correspondientes mediante, y el niño se transformó de manojo de nervios rebelde y desobediente, en una absoluta sedita que hace lo que le dicen y te abraza y te besa y te dice qué linda que sos mamita, qué lindo que sos papi. A veces es realmente desahuciante ser madre. Y que encima te digan claro, es que no tenés autoridad sobre el chico, ponete las pilas con la segunda a ver si te da bola, y bué tampoco es tan alentador que digamos. Pero me puse a pensar y no sé si me interesa tanto el "tener autoridad sobre el chico" dicho en esos términos. ¿Es esencial eso, me pregunto? No sé, estoy perdida a veces. Sé que es importante que conozca que cuando yo digo no, es no. Y trato de ser firme con eso. Pero en el fondo, prefiero que me ame, que sepa que lo amo, transmitirle lo que para mí es importante de la vida. Y los caprichos, y rebeldías, supongo que por algo son, en algo se originan. A mí me interesa que funcionemos como familia, y funcionamos. Estos dos meses sin Pablo no eran más que un simulacro del niño sin padre, con madre embarazada, en un lugar relativamente nuevo, readaptándonos. Veámoslo así. Justifiquémonos. No sé. I need a psicoloco me parece.

martes, 14 de junio de 2011

volviendo sobre mis pasos

Con respecto al mundito feliz, tengo que retractarme. Maldita prejuiciosa. Es sano reconocer los errores, ¿no? También en el blog. La fiesta estuvo mejor imposible, el lugar me sorprendió, y no sé cuánto tuvo que pagar mi amiga al final, aunque sacando cuentas un cumple en casa cuesta casi lo mismo, pero nos insistió para que nos quedáramos y fuimos varias madres que terminamos ahí, charlando charlando charlando, y dándole al morfi, que sí, confirmo para Ali y Betty, el problema es ése, las mamás comen mucho en los cumples.
El saldo de un fin de semana de comer sin tregua, incluida fondue bourguignonne de mi mamá, un clásico en esta casa cuando se quiere festejar algo, es que me siento literalmente un elefante. Cada vez más limitados los movimientos, y mi cara comienza a hincharse de manera considerable. Estoy hermosa para esperar a mi maridito. Y las cenizas que insisten en seguir posándose sobre Buenos Aires. Siguiendo con la temática paquidérmica, Pablo diría que él está meado por un elefante, siempre hay problemas con los vuelos cuando nosotros (y más precisamente él) tenemos que viajar! Pero yo necesito con carácter de urgencia al padre de este niño porque ya cositas cotidianas como cambiarlo (perseguirlo para ponerle las medias, las zapatillas, el guardapolvo), o bañarlo (e insistirle para que se lave el pelo, se deje enjuagar, salga de la bañera), o acompañarlo a jugar al parque, se me están haciendo una odisea, y termino agotada como después de correr una maratón. Bueno, dicen que es la diferencia entre el embarazo a los veintipico y a los treintaypico, yo creo más bien que es la diferencia entre el segundo y el primero, aunque no voy a negar que tampoco tengo la agilidad de antes. Ni la agilidad, ni la lucidez mental, ni varias otras cosas. Pero creo que estoy un poquitín más sabia. O tengo menos miedos. O dejo más espacio a mi parte instintiva. Qué sé yo, depende de cómo lo quieras ver.
Ahora espero con ansiedad la ecografía que me harán en una horita para ver si la niña engordó tanto como yo, más le vale (ay, por un segundo me sentí como en Precious, ¿vieron la peli? no es lo más para una embarazada casi a término, pero está buena).
Ya vengo... me voy despacito, despacito...

viernes, 10 de junio de 2011

El mundo que supimos conseguir

Mundo feliz se llama el saloncito de fiestas más cool de mi ciudad (veinte mil almas en la pampa húmeda cordobesa, los/las vuelvo a ubicar por si acaso). Emilio ama ese lugar, lleno de peloteros y castillos inflables, y una onda campestre, está bueno. A mí también me hubiera encantado ir a fiestas ahí, o sólo a saltar a uno de esos juegos. Si me acuerdo que una vez cada muerte de obispo venía un globo gigante a instalarse en la esquina del viejo molino del pueblo, y nosotras grandulonas, aunque estábamos en primer año del secundario, nos íbamos a pasar la tarde (o lo que nos alcanzaran las moneditas que llevábamos) a saltar en lo que creo llamábamos "caminata lunar". Ahora el sábado es el cumple de ocho añitos del hijo de una de esas grandulonas. Y lo festeja en este mundito feliz. La fiesta básica le cuesta 800 pesos para 35 chicos. Creo, haciendo cuentas, que si uno organiza en su casa te cuesta más o menos lo mismo cocinando para tantas personas niñas y adultos. El problema son los adultos. Incluye sólo a 5. ¿Y el resto? 35 mangos cada uno. Yo que pensaba ir a instalarme toda la tarde ahí, a charlar con por lo menos veinte madres de niños, que nos conocemos todas, que está re bueno juntarse a cotorrear en estos eventos, porque no me digan que no está bueno. Bah, conozco gente que detesta ese tipo de reuniones con niños de por medio, pero a mí me encanta. Me encanta ver a mi hijito divertirse y jugar, y yo charlar con pares. Se ha convertido en una de mis actividades favoritas. Pero a ese costo, es como prohibirte la entrada, es como abolir una práctica tan natural como espontánea. Digamos que como especie por ahí siento que estamos yendo para atrás... definitivamente para atrás.

miércoles, 8 de junio de 2011

cambio de hábito

Bajé las revoluciones, empecé a dormir más (simplemente a dormir, y no ese simulacro que hacía antes), bastó que la doctora me alarmara un poco y me dijera que la panza estaba medio chiquita y que la beba al límite de peso para que la culpa de madre me asaltara y se apoderara con todas sus fuerzas de mí. No alzar a Emilio, no agacharme y levantarme mil veces a juntar juguetes o a jugar con él por el piso, o jugar al fútbol o al básquet... ah, ahí me cuesta un poquito más, pero también trato de que él entienda mis no.
Pero parece que surtió efecto. Más allá de que empecé a cosechar los primeros "qué panza grande!" en el octavo mes de embarazo, finalmente, ayer tuve la confirmación con mi doc que también me dijo que en quince días de este "cambio de hábito" la panza creció visiblemente y la altura uterina había aumentado muchísimo!!
Mientras tanto, Emilio está terrible, terrible, terrible con todas las letras. Pero creo que alguna que otra razón tiene, no? El papá que se quedó allá, acá que es todo nuevo (divertido, copado, pero nuevo en fin), adaptarse a un nuevo jardín, a nuevos horarios, la hermanita en ciernes... me llama la atención que pareciera no extrañar tanto a Pablo, pero se ve que son rasgos de su personalidad, que no expresa demasiado, porque por ahí le salta la ficha con cosas extrañas. Debe haber dicho sólo dos veces "quiero a papá" desde que llegamos. Pero a veces se pone sensible y llora por nada cuando vemos o hablamos de cosas relacionadas con Pablo. Ya no queda nada. En exactamente una semana estaremos yendo a buscar al reciente campeón (sí sí, dos al hilo) al aeropuerto de Córdoba!!!!!!
Yo ando como si... no sé... como un retorno a la adolescencia, serán los instintos y las hormonas, las puertitas del cerebro que empiezan a cerrarse, diría la psicóloga del curso preparto al que voy, una necesidad así como medio posesiva de Pablo, una ansiedad medio estúpida de que "viene y lo tengo que compartir" que hacía años y años no sentía. Y bueno, en la cuenta regresiva al parto se nos permite casi todo, no? como perder la billetera y buscarla durante horas, y que esté abajo del asiento del auto, ése que juraste haber revisado dos veces súper bien... o al día siguiente de ese episodio y habiéndote martirizado jurando poner cabeza, te dejes en la primera visita a amigos la cartera olvidada... juro que hago mi mejor esfuerzo, pero tengo un problema vital con llaves, teléfono, cartera y billetera. Siempre lo tuve. Y embarazada, mejor ni hablemos.
Se levantó el niñito, vamos a prepararnos para el primer turno de jardín... lo estoy mandando dos o tres horitas a la mañana y dos horitas a la tarde. Se divierte muchísimo pero cada día es una lucha para convencerlo. Esto no termina másssssssss!!!!!!! es la lucha eterna entre la guardería y el "me quiero quedar con vos mamita linda"!

martes, 31 de mayo de 2011

maternidad, siempre la maternidad

este blog está medio moribundo, falto de tiempo y de inspiración... pero miren qué bueno se puso todo por allá!

lunes, 23 de mayo de 2011

a los saltos!

Mi panza está a los saltos, ya no son suaves pataditas lo que Federica utiliza para comunicarse conmigo, sino verdaderos pogos internos, que por supuesto me ponen súper feliz. En algún momento voy a tener que ir parando el ritmo pero por ahora no pude. El trabajo se me acumula y esa maldita costumbre de no saber decir que no. Sabelo, nena, no sos imprescindible, nadie es imprescindible. Me había jurado durante el puerperio de Emilio que con el próximo embarazo me tomaría un buen tiempo de exclusividad para recibir al recién llegado... pero si sigo así (dos meses justo faltan para que se cumplan las 40 semanas!) no creo que se tuerza mi destino tan fácilmente. El primogénito está alteradísimo, el padre ya por empezar a jugar la final del campeonato del otro lado del océano, y nosotros aquí, disfrutando de la tranquilidad infinita de estar en casa de mamá, ese abrazo inmenso que todo lo abarca y todo lo puede. No sé por qué, tengo la leve sensación de que esta niña será algo más dócil que su hermano mayor. Por empezar, en la última ecografía confirmaron mis sospechas: ya está cabeza para abajo, no como el tozudo de Emilito que jamás de los jamases se dignó a girarse. Y mi doctora me apoya para intentar el parto natural (con Emi fue cesárea, como ya les dije)!!! Todo más que bien. Esta semana, como muy buena alumna que soy, empezaré el curso preparto porque sí, lo admito, me olvidé de todo y quiero practicar la respiración. ¿Cómo era? ¿El trencito? Así las cosas, me despido por ahora. Y dejo unas fotos de nuestros paseos otoñales por mi pueblo de la pampa húmeda cordobesa.






lunes, 18 de abril de 2011

Otro año de número 1



Ayer fue el último partido de serie regular (regular season, para los NBA lovers que hay por ahí, jaja). Y otro año más, terminamos -sí, no tengo ningún problema en incluirme- primeros. Me incluyo porque en el esfuerzo colectivo que significa que a un equipo deportivo (o cualquier otro equipo) le salgan las cosas bien, no podemos dejar afuera a todos, y fundamentalmente todas, las que hacemos el aguante afectiva y logísticamente.
Una vez más, se lo merecen. Se lo re merecen. La sociedad, más allá de algún que otro detallecito financiero, se lo merece. Se lo merece la ciudad. Se lo merecen los hinchas. Pero sobre todo se lo merece el equipo, con mi maridito y toda su enorme fuerza de voluntad y su carisma y su empuje y su generosidad a la cabeza. Claro que sí, no voy a hacer uso de la falsa modestia, se lo merecen todos y sobre todo él, y cómo.
Lamentablemente, el primero no asciende directo, como el año pasado, que el 29 de abril ya estábamos LIBRES!! Ahora se vienen los play-off. Con toda la emoción que conllevan. Y yo ya no voy a estar en cada partido... me duele en el alma, y en el último partido de local, que no fue el de ayer, casi me largo a llorar pensando en todo lo que me iba a perder. Pero sigo pensando que no hay muchos escollos por delante, será dura, sí, pero van a ganar el campeonato una vez más. Y si todas las señales no nos están jugando una mala pasada, con mucha probabilidad volveremos a Capo, a disfrutar otra temporada, a pelear otro campeonato, a estar más cerca de esa serie A1 que toda la ciudad sueña recuperar.
Mientras tanto, en estos días, los primeros chapuzones, aun con el agua helada, asados frente al mar, pesadillas con las valijas y los aviones porque son inevitables cuando estamos en la cuenta regresiva, cinco kilos ganados de golpe y todos juntos para Federica, mucho trabajo pero también tiempo infinito de juegos con Emilio, juegos imaginarios, como a la maestra y el niñito Tommaso, o a ser los padres de Antonio (el hijito maleducado que encarna todas las travesuras que le reprochamos y castigamos a él! que una psicóloga me explique este juego!), o también, al bebito chiquito que gatea, pide teta y no sabe hablar (para éste no necesito explicaciones psicoanalíticas).









sábado, 2 de abril de 2011

algo así como un balance

Me cuesta arrancar con el blog, aunque las energías han vuelto para todo el resto. Sin dudas el segundo cuatrimestre del embarazo (voy a decir una perogrullada, una verdad archi trillada, pero es así) es el mejorcito y hay que aprovecharlo. Estoy en la semana 23, casi 24 y hasta hace unos días, la verdad que casi que ni me sentía embarazada.
Me siento como en época de balances. Raro por ser 1º de abril, pero mi vida sigue estos extraños ritmos, ya lo sabemos. En poco más de 20 días armo las valijas de nuevo y me vuelvo a Argentina con el niño. El señor padre de las criaturas volverá con suerte a mediados de junio, con menos suerte a fines. Pero esta niña, mi Fede, debería estar llegando a fines de julio, así que... que aguante.
El 2010 fue demasiado bueno para nosotros. Viste cuando te pasa todo, todo lindo en un año. Todo bueno. Da como miedo. Porque dicen que el mundo es así, que la vida cumple la ley de compensación, el yin y el yang. Pero disfrutemos mientras tanto, que seguimos en la buena. Cada tanto quiero mirar hacia atrás en el blog, a veces lo hago, otras me da terror enfrentarme a sufrimientos pasados. Llegar a Capo, a Sicilia, a este lugar increíble, a un equipo y una ciudad que respira básquet, y básquet profesional, ganar un campeonato, quedarte en el mismo lugar, encontrar buena gente año tras año, seguir en la misma casita -mínima- pero nuestra casita, tirarme a la pileta con los servicios de traducción y que me vaya tan bien como nunca podría haberme imaginado, encontrar gente maravillosa también a través de este trabajo, seguir trabajando con la gente de Argentina que es también gente maravillosa, poder dar trabajo a mis amigas y colegas, tener la suerte de poder contar con gente, y confiar en la gente. Y eso, la gente, la gente. Las personas. Cuánta diferencia pueden hacer las personas.
Emilio es capítulo aparte. Párrafo aparte. Un mundo aparte. Es TODO. Pero bueno, ahora también está la Fede, je. Es ir a buscarlo al jardín y sentir que brilla distinto. Es una boludez, es sólo que él levanta la mirada y le brillan los ojos, le brilla la sonrisa de oreja a oreja, le brillan los cachetes, todo, porque claro, llegó su mamá a buscarlo. Qué boluda soy. Y brilla todo para mí también. Finalmente encontré un jardín al que va contento. Recuerdo haber escrito posts angustiada porque lo dejaba en el jardín llorando, y nunca nunca pude antes "comprar" la idea de las guardes y los jardines porque de verdad que Emi no la pasaba bien. Ahora... lo dejo y tiene tantas ganas de entrar a jugar con sus compañeritos y hacer actividades, que me cierra la puerta en la cara. Tiene una maestra que tendrá 55 años (la otra también ronda esa edad) pero es una GENIA. No sé, debería escribir un post aparte sobre la escuela y el jardín, lo sé... porque para mí es una maravilla, otra bendición que se sumó a todas las de estos últimos años.
No sé, qué más puedo decir, quizá sólo gracias. Gracias.

sábado, 12 de marzo de 2011

¿Podés parar con las fotos?


Enojado, pelos revueltos, cara con rastros de moco y de chocolate: no es por cierto la mejor carta de presentación de una madre, pero la intensidad de esa mirada me mata.

¡Holaaaaaa!


¿No está como demasiado alto, demasiado grande, demasiado, demasiado?

Hoy... aquí... ahora


Seguimos monotemáticos... hoy, mates frente a este mar, con mis hijos. Qué más se puede pedir.

(inevitable que mi cabeza vaya hacia ese otro mar, del otro lado del mundo, por eso el hoy, aquí, ahora... más que nunca... y el corazón que se estremece)

viernes, 11 de marzo de 2011

Mates con ella...

Hoy es una de esas mañanas en las que empezás temprano, y sin embargo, la procrastinación (¡palabra del año!) te doblega sin que puedas hacer demasiado. Pruebo todas las estrategias de "productividad" que leo en algunos blogs por ahí, y no, no hay forma, la concentración tarda en llegar e instalarse. Emilio se despertó a las siete, a las siete y media ya quería jugar al básquet conmigo, que pueden imaginarse las ganas que tenía de andar saltando y corriendo por el living de casa, sin haber desayunado. Negociamos y desayuné y luego jugamos básquet. Y luego dejame que plancho tu delantal, bueno má, yo juego un rato con Manny Tuttofare. Negociando, negociando, saco la basura, le lavo los dientes (persiguiéndolo por toda la casa), le pongo perfume, lo peino y partimos. Ah no, me olvidé los pañuelitos de papel, vuelvo a subir, busco y finalmente salimos. A las nueve ya estoy en casa de vuelta, con ganas de tomarme unos mates y ver si arranco con varios trabajos pendientes, de esos que no son urgentes, pero para los que "hay" que sentarse, para escribir, para lograr algo bueno, para mandar a diagramar. Respondo mails, reviso la cuenta del banco, hago tareas mínimas mientras postergo las importantes. Me hago el mate, finalmente, me como una tostada con mermelada de mandarinas (alucinante). Y ella que patea, patea, qué bueno que te guste el mate. No lo puedo creer todavía, será ella, será una nena, y si bien se me parte el alma cuando veo algo de desilusión en la mirada de Emilio, que lo siente casi como una derrota de género ("mami, y Tommaso va a tener una hermanita también, no es cierto"... "no hijo, él va a tener un hermano"... "no, no, feminuccia, feminuccia también"), no puedo esconder mi ilusión y mi alegría, por esa compañera de la vida que imagino en esta hijita.
Mientras intento controlar los impulsos de comprar ropita irrefrenadamente (tuve que hacer alguna que otra compra, absolutamente justificada, porque con las liquidaciones invernales encontré gangas increíbles... y los precios que me comentaron de Argentina me parecen ridículos), busco información para hacerme una eco 3D y confirmar, otra vez, que sea ella.
Y también llega el nombre, ponernos finalmente de acuerdo, sentir que va perfecto con ella, con ella que está y no está, que imagino, que sueño, que me acompaña, que se va plegando a mis ritmos y a mis gustos, que ya amo tanto. Y que, vamos, también a Emilio está conquistando poco a poco. Tanto que ahora no se duerme sin preguntarnos: "¿Mami, papi, saludaron a Federica?".
Muero de amor.

sábado, 26 de febrero de 2011

Cosas que pasan...

Febrero es un mes demasiado breve y cargado de muchas cosas, y a mí que últimamente el tiempo me pasa demasiado rápido, se me esfuma de entre los dedos sin que llegue a darme cuenta cómo y cuándo sucedió todo, este año directamente me superó. El San Valentín me encuentra siempre mal parada, improvisando algo, pidiendo perdón o acordando tácitamente que no habrá demasiados homenajes, porque total "nosotros sabemos que nos amamos" (cosa que no está tan buena tampoco). El 22... ay, el 22. Emilio tenía fiebre y siendo las 22, estábamos los tres en la cama grande tratando de que se duerma, controlándolo, y calmándolo. Suena el teléfono, y semi dormida, atiendo. La voz de mi mamá: "¡¡¡Felicidades!!!"... silencio total, mi cabeza tratando de conectar las pocas neuronas sueltas que andaban por ahí a esa hora... "¿qué, por qué, de qué?... ah, no, no te puedo creer, mi aniversario de casadaaaa!!!". Me olvidé completamente por primera vez en cuatro años. Siento que es grave. Y en una semana justita, el primer día de marzo, pero que parece casi febrero, llega el cumple de Pablo, mi oportunidad siempre para redimirme después de las omisiones por las otras dos fechas importantes.
Y mientras tanto, la panza crece, hicimos ecografía pero no pudimos saber todavía si es una nena u otro varón. Estoy en la semana 19 y espero ansiosa el viernes que viene para poder darle una identidad definitiva a este otro bebito que crece también demasiado rápido.
Y tengo también pasajes en mano para el 30 de abril volar hacia Argentina. Y tengo la certeza de que quiero intentar el parto natural después de la cesárea. Y la alegría de ya sentir sus movimientos. Y de que Emilio me pregunte a cada ratito por su hermano, o hermanita, que se invente nombres, que haga planes, para cuando estemos con los abuelos, para cuando seamos cuatro, para cuando tomemos el avión. Y el orgullo de que ya escriba su nombre. Y las ganas de comérmelo cuando lo tengo en casa para que no se enferme, y le digo, te quedás acá, no vas al cole, así yo te cuido, y que cuando se despierte me diga "mami, gracias, gracias por cuidarme". Y que su primer dibujo "de la figura humana" haya sido yo con el bebito en la panza. Y también Papá Noel, su personaje favorito, una mezcla de monstruo que encarna todos los miedos, y de generosidad inmensa que todo lo puede.
Todo pasa demasiado intensamente, tengo todo lo que quiero, y lo que no está ahora, es casi como que tengo la absoluta certeza de que llegará. Todo en su momento. Hubo un tiempo lleno, llenísimo de sacrificios. Pero siento que cada uno de esos momentos de distancias, de despedidas eternas, de volverme y sentarme frente a los libros, con el corazón anestesiado para no extrañarlo, y con la obstinación de correr tras mi meta para poder tarde o temprano estrecharme en sus brazos para siempre, pero con algún logro absolutamente mío en mi haber, todo, todo eso valió la pena. Incluso las ilusiones rotas y el orgullo herido. Las idas y vueltas. Las lágrimas. Los aeropuertos. Las terminales y los colectivos olorientos.
Y después Emilio, pelearme con mi yo, ese yo que había construido con tantos años de luchas internas y batallas externas, esa identidad de mujer fuerte e independiente, de mina autosuficiente, entender que algo tan pequeñito podía derrumbar todas tus estructuras. Seguir adelante. Y después de asomar la cabeza entre las aguas oscuras del puerperio, buscar nuevos desafíos, ponerme nuevos objetivos. Y lograrlos. El año pasado laburé mucho, mucho, mucho. Muchas más horas de las que podría haberme imaginado. Era un desafío para mí misma, era reestructurarme y reencontrarme conmigo después del maremoto de la maternidad. Y todo fue posible gracias a la generosidad inmensa de Pablo, al padre increíble y al compañero incondicional que es. Hoy estoy aquí, reinventada, y feliz, y dispuesta a abrir mi corazón de nuevo a ese bebito que vendrá a revolucionarme otra vez la vida. Y a multiplicar el amor que nos sostiene como familia.
El blog también es parte de todo ese camino. Por eso tenía que contarlo también aquí. Sobre todo aquí. Gracias por escucharme.

lunes, 21 de febrero de 2011

domingo, 20 de febrero de 2011

me molesta tanto silencio en este blog, y sin embargo no sé por dónde recomenzar.
creo que ya está.
recomencemos.

domingo, 23 de enero de 2011

Domingo tipo...

Ah, no tengo ganas de ponerme a buscar dentro de mi propio blog, pero hace como dos años yo había dicho que por estos lares y mientras dura el campeonato de mi maridito, los domingos se clasifican en tipo A (se juega en casa) y tipo B (se juega afuera, de visitante). O al revés. Pero poco importa.
Hoy es uno de esos tipo A. O B. Pero bueno, como sea, se juega en casa. Se come pasta en blanco (con mucho aceite, que me cayó pesado como vaca en upa, lo único que falta es que me caiga pesado el aceite de oliva en este país, y con este marido). Y ensalada también, fruta y café. Se trata de joder lo mínimo posible (o sea, no pases la aspiradora como una tarada, antes y después de comer, calmate un segundito, dame bola, quedate al lado mío, preparame un té). Se insiste por todos los medios al retoñito para que duerma la siesta y no joda tampoco él. Se trata de pensar en un vestuario más o menos arreglado para ir a la cancha. E inicia la carrera frenética para lograr que el niño se despierte de buen humor, te permita arreglarlo también a él, y llegar a tiempo -mínimamente- para la presentación del equipo. Si podés estar media hora antes mejor, porque me pongo nervioso. Sí, sí, claro, a veces que el niño se duerma a las tres y a las cinco ya esté en la cancha con sus mejores ropitas y su mejor humor no es muy compatible, te diré.
Mientras tanto, la translucencia dio bien, la pancita comienza a crecer y yo casi a imaginar que es posible tener otro hijo además de Emilio. A veces pienso en todo lo que es este crío que tengo y hago listas imaginarias: pura energía, risas y más risas, divertido, simpático, comprador, cascarrabias, llorón, impaciente, testarudo, incansable, memoria infalible, parlanchín que no para un segundo de hablar, demandante a más no poder, mimoso, ¿inquieto ya lo dije? Y pienso en que quizá este otro hijo venga a compensar ese maremoto arrollador que es mi primogénito. Porque quien es padre de uno quizá me entienda, es esa exclusividad, es ese sentir que ese niño lo es todo, que no habrá otro igual, que esa risa que ese olor que ese llanto... son irrepetibles. Y sí, tonta. Pero es como que ahora me cae la ficha y empiezo a sentirme preparada para alguna otra cosa, para albergar de nuevo lo desconocido, enfrentarme a esa criaturita única que se trae consigo un universo distinto, para ponerte a prueba, para descubrir costados insospechados de la vida y de uno mismo.
Y volviendo al plano de lo terrenal, digamos, cada vez más convencida de lo bien que hago en irme a tenerlo a Argentina. Lo cual no quita un cagazo considerable por embarcarme en un viaje transoceánico con el embarazo al borde del séptimo mes.
Hasta aquí las news y los delirios.
Corro a prepararme... ci vediamo presto!

lunes, 10 de enero de 2011

¿Cómo era eso?

Sí, eso de que había recargado energías, y eso se aplicaba a muchas cosas, entre ellas al blog? yo dije eso? Bueno, las sensaciones a veces no son exactamente la realidad. Uno puede intuir algo y luego que ese algo te abandone a mitad camino. Hay ciertos momentos de tu vida en los que tomar las riendas se hace más que difícil. Hay algunos momentos, en especial, en los que hay algo más que decide cuándo y cómo y dónde vos vas a estar con todas las energías, y cuándo no. Y la voluntad está, juro que está, siempre. Pero a veces no basta. Yo soy una testaruda sagitario, y energías siempre me sobran, y ganas de ir para adelante, sobre todo con lo que me gusta. Pero ya entendí que cuando una es madre, los tiempos se manejan de otro modo. Si hay algo que aprendí desde que soy madre, es eso! Que no puedo ir contra ciertas cosas! Y poco acostumbrada como estaba a ceder tiempos, mis tiempos de trabajo, de estudio, de dedicarme a LO IMPORTANTE, parecía totalmente absurdo que una cosita tan pequeñita que lloraba y lloraba dictara a piacere los tiempos de mi vida. Aprendí ya a no pelearme con eso. Y como el puerperio creo que quedó atrás hace quizá poco más de un año, ahora, con las lecciones bien aprendidas y las energías recuperadas, mi lugar en el mundo Yang de nuevo en mano, nuevos desafíos y nuevos objetivos cumplidos -como tan sabiamente dice Laura Gutman- ¡me quedé embarazada otra vez!
Y esa nueva cosita pequeñita ya desde adentro anda determinando cuántas energías tendré yo tal o cual día. Y en qué momento del día. Las mañanas ya no me rinden tanto. No me levanto tan temprano para evitar las náuseas matinales, pero las de la tardecita noche son peor!!! Ya no sé qué comer ni cocinar. Que me dé asco la pizza y el aceite de oliva en este país es un atentado a la moral de la gastronomía mundial. Pero están esos otros grandes placeres que son los "antojos" cumplidos. Ese día que sólo una palta podía hacerme feliz, y me la encontré solita, toda para mí, en un Despar alejado al que nunca voy a hacer las compras. En un país en el que pocos saben qué es una palta, cabe aclarar. O como anoche que medio incrédula, y con ganas de comer pescado desde hacía tres días, me pedí una orata en una pizzería y me trajeron un manjar de los dioses. Cuánto puede disfrutarse ese plato que no sólo tenés ganas de comer, sino que te sienta TAN BIEN!!!!
Bueno, muchachas, muchachos (si hay alguno por ahí), así es. Después de mucho amagar y medio anunciarlo por aquí o por allá, parece que largamos con la segunda tanda de maternidad. ¿Distinta? Segurísimo. Pero con ganas de seguirla compartiendo aquí con ustedes. ¿Miedos? Claro, muchos, los de siempre, quizá algunos menos. Ya termino el primer trimestre, por eso me animo también a compartirlo acá. El viernes hicimos la eco de la semana 12 y aunque no pudimos hacer la translucencia porque no lograba enfocarle el bendito cuello, fue un placer verlo (o verla) moverse tanto, abrir sus manos, mover los brazos de arriba a abajo como si quisiera dar puños a ese doctor que lo/la molestaba tanto. Ahora habrá nueva cita el martes que viene. Irán sabiendo!!!
¿Y Emi? Emi feliz, pregunta todo el tiempo por su hermanito/fratellino. Mamá cómo está el bebé?? Mamá cómo estás vos?? Bien hijo. Ah bueno.
He dicho!