sábado, 30 de junio de 2012

mate y escribo

Es como todo, ¿no? Cuestión de arrancar... y gracias por estar ahí, por seguir ahí. Para alguien que vive de escribir, o de estar sentada frente a la compu tecleando, traduciendo, editando... el blog es una distracción. Y ustedes una especie de compañeros de oficina con quienes hacer tertulia. Los mates están siempre. Si no, pareciera que el cerebro no funciona. Mates amargos, el combustible ideal para que las neuronas arranquen, o vuelvan a arrancar mejor, porque los hago a media mañana. Así que nada, parrafeo así, medio sin sentido, medio porque lo necesito, medio porque arranqué y quiero seguir, medio para compartir el embole de traducir miles y miles de palabras de alardeo corporativo de una multinacional italiana. Tengo que definir bautismo y cumple de Federica. Tengo que definir casa, trabajo de marido, probablemente auto, muebles y electrodomésticos en cuotas. Tengo mucha ilusión pero marido siente que está haciendo un luto, que parte de su carrera deportiva está muriendo con esta elección, por más que haga un buen contrato, es volver, es quedarse, es ya no itinerar. Cómo se hace en la lucha de intereses. Trato de que piense más allá de su propia realización. Trato de que vea la cuestión familiar. Y trato de que no se noten tanto mis ganas ni de ser una presión. Me siento una malabarista. O una equilibrista mejor. En medio de un circo, no tan alegre por momentos. Eufórica, en otros. ¿Será por eso que me gustó tanto Madagascar 3?

viernes, 29 de junio de 2012

Dos meses y van...

Miro incrédula mi blog en la lista de otros blogs amigos... dos meses de la última entrada. Y no puede ser. Para mí el tiempo vuela. Se esfuma. Corre. Y es lógico, es porque estoy en Argentina. En Italia los segundos y minutos parecían tener otro espesor, otra densidad. Las voces, las palabras y las presencias de aquí me aligeran el correr del tiempo, alivianan la carga misma de la vida, a veces, casi siempre. Por momentos digo, "soy otra". No soy la misma que escribía Vida itinerante. Soy otra Magui. Amerita un nuevo blog. Pero no, tampoco creo que sea la solución. Sin dudas estoy en un paréntesis, un momento de impasse en mi vida, hasta que decidamos un nuevo destino, y quizá ese nuevo destino sea más cerca de lo que pensamos. Por momentos, Italia aparece como una solución rápida a las incertidumbres... "porque allá siempre podemos volver" (y la inflación no nos persigue como aquí). Pero acá hay tanto más. Hay proyectos, familia, amistades, afectos, manos, brazos, risas. Está nuestra identidad. Lo único que añoro es tener nuestro nidito, nuestro refugio los cuatro. Sigo en lo de mi mamá y aunque me ayuda muchísimo, todos sabemos que "el casado casa quiere". Así que pido que pase rápido este mes y que podamos tomar una decisión final. El plazo es el 31 de julio, y entonces sí, el paréntesis se cerrará, y tal vez, vuelva a escribir más seguido. Mientras tanto trabajo mucho, Federica crece, Emilio ni hablar, y no quiero que pase el tiempo sin dejar constancia. Por eso me niego a cerrar este espacio. Y claro, porque los quiero, mucho, a todos los que están del otro lado. Ese cariño inexplicable, virtual, de la cercanía impalpable, pero real. La cercanía de las palabras.