- Lo de la nueva escuela de Emilio es todo un éxito. Se levanta temprano, pide que lo vistas, llega corriendo y pregunta "C'è Tommaso?" (al principio era "¿Está Tommaso?)... y se manda para adentro, a veces vuelve corriendo porque se da cuenta que se olvidó de darme un beso. Me parece que el motivo de los llantos con la guardería de antes era que los padres no se lo tomaban en serio. Mea culpa.
- Sigue haciendo entre 25 y 30 grados, ayer el mar estaba planchadito como una pileta, y Emilio chapoteó feliz como una hora. Llegué a sacarlo a tiempo porque el nubarrón que se venía parecía El día después de mañana... y mientras se largaba el diluvio el niño durmió una siesta de como tres horas. Qué placer.
- Me llama poderosamente la atención que muchos de ustedes (por no decir todos) me noten tan pero tan bien desde que estoy en Sicilia. Y que se transparente tanto en mi blog. Y también no deja de sorprenderme que me lo digan y se alegren conmigo, por mail, o por comentario. Se nota que me bancaron momentos depre (a veces ni quiero ir para atrás en las entradas del blog y releerme en crisis, no vaya a ser que me atrape de nuevo cual agujero negro). Y no es que me convertí en una boluda alegre, tengo mis crisis por ahí, pero hay mucho de voluntad en esto de ser feliz. Es un poco decirse "quiero" ser feliz. Y repetirlo como un mantra. Por ahí se termina dando.
- Hablando de mantras, leí "Comer en Italia, Rezar en la India, Amar en Indonesia" y es como si hubiera ganado una amiga. Liz Gilbert, si me encontrás por ahí, tal vez te quieras dar una vuelta y darle una segunda oportunidad a esta isla (hay más, mucho más, atravesando las murallas de la fea Messina).
- Ah, lo del baby. No, por ahora lo posponemos. Odio tener que planificar tanto algo que para mí tiene que ser espontáneo, pero con la vida que hacemos, no puedo pensar en dar a luz en el verano italiano, en una villa turística como ésta, donde por dos meses estivales me piden más de alquiler que los pasajes para irme a Argentina. Esperaremos un par de meses.
- Por las dudas, estoy leyendo a Laura Gutman. No sé si me hubiera servido durante el puerperio, no tenía ni tiempo ni ánimos, pero ahora que lo atravesé puedo entender cada una de sus palabras y decir "yo pasé por eso". Y saber que sí, que se puede salir tremendamente fortalecida de esa experiencia cuasi surreal.
- Aun corriendo el riesgo de cansarlos, lo digo de nuevo. Pero qué linda es esta isla. Hoy manejé de Capo a Brolo por primera vez, 10 kilómetros absolutamente sola, con sol radiante, por camino de montaña y el mar allá abajo, vistas impagables sobre el Tirreno. No, yo no voy a terminar de acostumbrarme. Y qué boluda fui por no hacerlo antes. Otros desbloqueos. Otras trabas que me voy quitando.