- Las cosas son lo que son, no lo que parecen ni lo que uno quiere que sean.
- Se puede vivir perfectamente siendo freelance. Lleva su tiempo, pero luego, si realmente sos bueno en lo que hacés, se puede.
- Se puede trabajar con tu pareja. Hay peleas que son inevitables, pero después, es una de las mejores cosas que te puede pasar. Si, fundamentalmente, querés mucho a esa otra persona.
- Se puede trabajar y mucho, teniendo niños pequeños. Se puede, es saludable, y todo depende de la estructura familiar y de sostén que tengas.
- Aquí, un punto fundamental: se puede y se debe pedir ayuda siempre que uno la necesite. Está bien y es súper saludable decir "no puedo, no llego, no doy más, ayudame".
- Las rutinas son muy necesarias. Incluso, y sobre todo, siendo padres freelance, autónomos, emprendedores, o como quieras llamarnos. Si querés y valorás mucho tu tiempo, no queda otra que establecer horarios bastante férreos de trabajo, de comidas, de baños, de tareas.
- No estás loco si creés que un típico trabajo de 9 a 5, o de 8 a 12 y de 16 a 20, o en la docencia, con vacaciones pagas pero horarios a rajatabla hasta que te jubiles, NO ES LO TUYO.
- No estás loco, diría que estás más bien bastante cuerdo, si creés que existen otras posibilidades. No estás loco, estás muy sano, si te animás a replantearte tu realidad y, sobre todo, cuando tenés hijos y valorás muchísimo el tiempo que compartís con ellos.
- No estás tan loca si preferís despertarte a las cinco y media y trabajar de seis a nueve a full para poder tener todo entregado cuando tus hijos se despierten a las nueve, desayunar con ellos, ayudarlos con la tarea y llevarlos a alguna actividad a las once.
- No estás tan loca si te tirás a dormir una siesta con tu bebé mientras los dos más grandes están en el colegio, esa media hora te sirve para cargar pilas y seguir trabajando hasta que lleguen los mayorcitos.
- No estamos tan locos si nos salimos del molde y en lugar de construir nuestra casa, esa que nos haga echar raíces, creamos negocios inmobiliarios que nos reditúen un ingreso y un capital que nos dé alas y libertad para seguir soñando, viajando, creciendo, conociendo.
- ¿No estamos tan locos si te decimos que con tres nenes de ocho, cuatro y casi dos añitos tenemos planeado cerrar momentáneamente esta etapa argentina y cruzar el Atlántico para emprender la segunda parte de esta vida itinerante?
Si llegaste hasta el final, animate a decirme la verdad.
Total, somos pocos y nos conocemos mucho.
¿Estamos tan locos?
:-) :-) :-)