martes, 22 de mayo de 2007

Nuraghe, el misterio de una antigua civilización




Apenas llegué a la Cerdeña, en mis primeros días (esos en los que después de meses de invierno cordobés, sumado al calabrés del año anterior, parecía una finlandesa en medio de los moros), me esforzaba especialmente por entender la cultura del lugar. Como supongo que le debe pasar a cualquiera que llega a una nueva ciudad, una nueva región, un nuevo país, bastante distinto a lo anteriormente conocido!
Por aquellos días, continúo, nos invitaron a almorzar a la casa de un compañero de Pablo. O sea, los padres de un compañero de Pablo. Excelente. Toda una aventura y un buen rito inicial en una ciudad italiana... conocer a los lugareños comida de por medio. Pasta con un buen pesto al tonno, luego un pez capturado en los mares de la isla (no de "allevamento", o criadero, los sardos hacen especial diferencia), contorni (acompañamientos), etc.
En medio de ese agradable ritual, el dueño de casa empezó a hablar de la Cerdeña, de las bellezas de la isla, de lo que podíamos conocer y allí sentí por primera vez esa palabra mágica: "nuraghe"... "que como Magda probablemente habrá leído (suponía que como era periodista debía conocer ya casi todo de la Cerdeña), son una de las cosas más características de la isla"... cric, cric... "no, no lo sé", aclaré. Y allí descubrí que en esta tierra, que algunos incluso creen que fue la mítica Atlántida de los relatos de la Antigüedad, hay desperdigadas millares de estas construcciones misteriosas (entre 8.000 y 10.000) construidas entre la edad de Bronce y la edad de Hierro (lo cual sería entre los siglos XVI-VII a.C.!!!). Bueno, no tan misteriosas... parece que su principal función era defenderse de los ataques extranjeros!


Lo increíble es que estos Nuraghe están excelentemente conservados. Y cada vez que te acercás a uno de ellos, transmiten una energía muy especial! (al menos, así lo sentí yo!).


Como un datito más, les cuento que el complejo nurágico de Baruminí fue declarado Patrimonio de la Humanidad UNESCO en 1997 (pero yo no he ido a visitarlos).


En cambio, les dejo un par de fotos (aquí sí que estuve), de los nuraghe Lo (el de arriba) y Bardacolo (el de abajo), en las cercanías de Sorgono, un pueblo en el corazón de la Cerdeña.



2 comentarios:

Mariana dijo...

Me encanto Sardegna cuando estuve por alli. Mas me gusto las toneladas de comida que nos dieron nuestros anfitriones, propios de la isla. Les entendiamos mas el dialecto que el italiano. Y si, visitamos estas ruinas -en el medio de las visitas a las ruinas griegas, romanas... etc- y es cierto que es particularmente llamativo que se hayan conservado tan bien en comparacion con las otras ruinas.
Muy lindo lugar Sardegna...y gente re piolas los sardos... al menos los que me tocaron conocer a mi.

Maguita dijo...

Sí, Marian!! Son muy piolas los sardos! Nosotros nos encontramos muy muy bien... hasta por ahí no parecen italianos (diría el malo de mi marido, que se resiste aún más que yo a italianizarse).