domingo, 16 de septiembre de 2007

Aufranc

Como escribí sobre Altieri, mi apellido, el de mi papá -en fin, el de mi familia paterna- tenía pendiente aún escribir sobre el de mi familia materna.

Se trata, en realidad, de una conexión con mi pasado, con mis raíces, con mis orígenes, que me hace bien. Me hace bien siempre. Pero especialmente en este momento, en el que me siento perpetuadora de vida. Creo, también, que la historia de cada uno se enlaza indefectiblemente con la del prójimo. Y que cada una de esas pequeñas historias tejen la de todos, la de una Argentina inverosímil a veces, un país hecho de retazos, de lo que nos dejaron los españoles que vinieron tras Colón, de los inmigrantes llenos de ilusiones, ilusiones hechas trizas y vueltas a rehacer, generación tras generación.

Por eso, la historia de mi bisabuelo José Aufranc, al que no conocí, me emociona y me sorprende. Me deja perpleja y me pregunto dónde han quedado tantos valores. Miro a veces los fragmentitos de mi familia y no puedo dejar de preguntarme: ¿Cómo habrá sido vivir en una familia, en una sociedad, con valores tan férreos? ¿Habrán sido felices? ¿Se lo habrán cuestionado? ¿O no había tiempo para eso?

Todo esto viene porque estoy leyendo una carta que mi bisabuelo José dejó a sus "hijos", como él los nombra, sus dos hijos, Pochi y Néstor, y sus parejas, Juan y Meneca. Allí ya se trasluce una de sus virtudes: la ecuanimidad. Todos son hijos ante sus ojos desde el momento que se casan con sus hijos de sangre. Tanta generosidad, tanta humildad, tanta ausencia de individualismo. Me dejan pasmada. Será que eran una familia de suizos, no sé, pero no me canso de leer algunos pensamientos y desear, a veces, un poquito de tanta grandeza, para que reine la armonía en mi familia actual. Yo sé que nos amamos, nos amamos locamente, sin prejuicios, sin tapujos, diciéndonos todo... pero también nos lastimamos mucho.

Mi bisabuelo José nació en un campo llamado Las Flores, en 1896. Era hijo de Magdalena Sierro Mayoraz, ella había nacido en Heremence (Suiza); y de Emilio Aufranc, él nacido en Esperanza (provincia de Santa Fe), también descendiente de suizos franceses. Eso es lo que dice su carta. Puede que haya muchos errores, me decía mi abuelo, pero la mayor parte de las cosas parece coincidir.

Evidentemente, mis tatarabuelos no eran inmigrantes pobres, sino que fueron dueños de grandes extensiones de tierras que fueron dividiendo y entregando a sus descendientes, siempre tratando de respetar lo que era justo para cada uno. Bueno, nuestra realidad actual familiar está bastante lejos de ese futuro promisorio que habrán visto aquellos suizos en nuestro país, y las extensiones de tierra, inflaciones, crisis y Menem mediante (a pesar de que mi mamá es hija única, je) visiblemente reducidas.

Mi bisabuelo José estudió. Se recibió de Ingeniero Civil, en una época en la que ir a la facultad era realmente un lujo, una garantía, un futuro. El mismo lo cuenta así: Antes de entrar a la Facultad, al elegir la carrera, mi mamá el 9-07-1909 me escribe: “Al enterarme del contenido de tu carta te diré que es de mi agrado si podés seguir una carrera, pero piensa bien, no quisiera verte algún día inútil, tu suerte dependerá de tu talento, tu voluntad de seguir adelante, para todos hay trabajo, no debes retroceder después de un penoso estudio”.

Luego, se instaló en Morteros (provincia de Córdoba). Se casó con mi bisabuela Delia, a la que sí conocí, y fue el fundador y dueño de la usina eléctrica del pueblo. Hasta que luego se hizo Cooperativa.

Otro de los fragmentos que me conmueve: "Mi madre quiso hacer justicia con sus hijos: Pedro y Amado que no habían estudiado recibirían más tierra, a Estela le entregó una casa que construyó en Rafaela, donde vive actualmente; a Carmen su estudio en el colegio Santa Unión de Rosario, a mí el estudio y la carrera. Reconozco haber sido privilegiado".

Mi bisabuelo tenía casi ochenta años, algo de demencia senil, y transcurría la década del 60 del siglo pasado cuando escribió esta carta. La cerró así: "Al leer estas notas se podrán dar cuenta de nuestro sistema de vida imposible de seguirlo actualmente, pues los tiempos han cambiado, esto ya es anacrónico. En este hogar todo ha pasado plácidamente, ordenado, respetuoso, sin conocer discusiones inútiles, enojosas, manteniéndonos con el lema suizo: “La unión hace la fuerza”. En esta forma encontrarán la solución a todos los problemas que se les presenten y más aun ahora en este camino tortuoso e incierto que el mundo transita actualmente. El mundo pasa por transformaciones fundamentales entre ideas antípodas".

Quisiera yo un poco de esa lucidez, de esa paz, ahora, ya...




La familia Aufranc, en el campo. Mi bisabuelo José es el señor mayor sentado casi en el medio, la señora de la izquierda es su mujer, Delia, y las dos mujeres más jóvenes, su hija Pochi y mi abuela Meneca. Los nenes son sus nietos. Entre ellos, mi mamá, "la pelada Aufranc", como se la conocía por esa época, jaja. Sí, es la de la derecha, aunque parezca un varoncito. Los de atrás creo que son peones del campo (ay si mi abuelo supiera tanta imprecisión con sus fotos de archivo me mata).

10 comentarios:

Ana no duerme dijo...

Qué historia más interesante! Me encantó

Anónimo dijo...

Magui, será que por estos días estoy especialmente sensible. O simplemente será porque esa carta -que guardo como un tesoro- también me conmueve por la lucidez y la certeza de cada una de sus palabras.
Sin duda, creo que alguna de esas virtudes debemos haber heredado, pese al tiempo transcurrido y las circunstancias que hoy nos encuentran siendo una familia.
Te quiero hermana, gracias por tus palabras, por hacernos recordar esta parte de nuestro pasado, por hacernos emocionar y también reir...

MentesSueltas dijo...

Excelente reconstruir nuestro pasado, yo tambien estoy trabanjando en algo parecido. Te felicito.
Un abrazo
MentesSueltas

Maguita dijo...

Qué bueno!!! Dos comentarios, y de dos Anitas, y que una de ellas sea mi adorada hermana, y la otra, una cara nueva por el blog.
Anis, a veces no sé bien por qué escribo, para quién escribo, y es difícil no herir susceptibilidades cuando se escribe desde el corazón. Pero igual me emociona y me honra que lo hayas querido compartir con el abuelo. Para compartir tu emoción. Te quiero mucho hermanita. Y bueno, algo de sensatez, generosidad y humildad, creo que sí, que cada uno guarda en alguno de sus genes Aufranc... aunque a veces esté un poco escondido, jeje!

Jime... dijo...

Hola Magui, me gusta leer sobre tus raices porque mis viejos no supieron o no les pareció importante mantener esos recuerdos y tranmitirlos... cuando leo estas cosas me emociono mucho y pienso que me gustaria que mis hijos y nietos me recuerden de esta manera :)
Gracias por tu visita! Gracias por compartir estos momentos conmigo, muchas gracias!
Acá estoy para lo que necesites, si ya decidiste una cesarea seria bueno, creo yo que entablaras un buen vinculo con el médico de todas maneras para que te explique lo mas posible y eso te deje más tranquila si se puede. Hay muchas cosas que podes tener en cuenta para ese momento y seria bueno que lo pactaras con tu médico y con tu marido también para que él logre que eso se cumpla :)
Un beso enorme!!!

Anónimo dijo...

Hola Maguita: de nuevo pasé a visitarte y no puedo dejar de comentarte. Yo estoy en la misma búsqueda. Una distancia generacional nos separa y sin embargo los orígenes de tantos desencuentro nos desvelan por igual. Casi todos los post de mi blog tangencialmente rozan esa temática. Tal como vos, no quiero herir susceptibilidades, por ello uso información encriptada sólo comprensible para los que quieran oir. Desarraigo ancestral,ADN emigrado a tierras donde "lo que luce es sólo el oro" hizo estragos. Creo que en este recorrido hay algunos descendientes que tienen el mandato de reconstruir el pasado virtuoso. Ojalá así sea. Beso.
Sus-Ana ("Ana" en mi flia. es generacional.No pudieron con el inconciente colectivo, jejejeje.)

Anónimo dijo...

Ah!!!!!!!!recuerdo que por Rosario hubo (quizás todavía estén) un Emilio Aufranc.

Anónimo dijo...

visitaste?ypujjq http://membres.lycos.fr/hervemayoraz/mayoraz.htm
saludos ricardo w junkers

Betty dijo...

vivo a 40 kms. de Morteros, por lo que me ha mucho placer leer tu historia ... Tener referencias de nuestros antepasados nos hace mucho bien, para mí fue muy importante haber conocido la casa donde nació mi abuelo en la pcia. de Cuneo, y la casa donde vivió mi bisabuelo. Las ubiqué en el Google Earth para que no se pierda el rastro de ellas. Un beso.

Anónimo dijo...

Mi apellido también es Aufranc, soy de Santa Fe... tengo mis raices por Esperanza...Suiza... Muchos nombres me son familiares... mi bisabuelo se llamaba Amado Aufranc (tiene la calle ppal.de Esperanza...) dejame q aclare algunos datos con mi papa y te cuento mas...